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Carmen Estevan Martínez, Profesora del área de Toxicología Aplicada UMH

Diferenciamos entre agua dura o blanda según su concentración de sales carbonatadas. El agua dura es aquella que tiene cantidades de carbonatos más altas que las blandas. Esta diferencia se debe a las características de su lugar de origen y a la acumulación de sales minerales en los acuíferos de donde se extrae.

En la zona del Levante, donde nos encontramos, las aguas tienden a ser duras. En general, presentan grandes cantidades de carbonatos debido a los tipos de suelos de nuestro entorno. En otras zonas de la península, como en Sierra Nevada o en zonas de alta montaña, las aguas suelen ser blandas.

Las aguas duras pueden tener como inconveniente la acumulación de sales en las tuberías, que pueden causar desperfectos en los electrodomésticos que tenemos en casa. No obstante, esta concentración de sales no afecta a la calidad de las aguas para el consumo humano. Toda el agua que se suministra a la población y sale por nuestros grifos es perfectamente potable. Aunque pueden existir diferencias respecto a su sabor, y por tanto preferencias personales, la dureza del agua no influye ni en la calidad ni en la seguridad del consumo.